¿Qué es EPC?
De los distintos métodos de realización de proyectos que han aparecido como consecuencia de los avances tecnológicos, el que mejor refleja las transformaciones experimentadas en este sector es, sin duda el método «llave en mano» o EPC. Con éste, desaparece la tradicional relación tripartita entre cliente (contratante), ingeniero y contratista, para quedar sustituida por una única relación entre cliente-contratista, en la que este último, junto a sus funciones tradicionales relacionadas con el suministro de equipos, la construcción y la puesta en marcha, asume la ingeniería del proyecto.
El contrato «llave en mano» o EPC es aquel en que el contratista se obliga frente al cliente o contratante, a cambio de un precio generalmente fijo, a diseñar, construir y poner en funcionamiento una instalación determinada que él mismo previamente ha proyectado. En este tipo de contrato el énfasis ha de ponerse en la responsabilidad global que asume el contratista frente al cliente.
EPC es el acrónimo de Engineering, Procurement and Construction, haciendo clara referencia a todo lo que incluye el contrato: el diseño, los suministros necesarios y la construcción. También estarán incluidos una serie de servicios adicionales necesarios para realizar esos tres objetivos principales de diseño, suministro y construcción:
- Tanto la ingeniería básica como la detalle están incluidas en el alcance del contrato, y solo está excluida la ingeniería conceptual, que marca las especificaciones mínimas que debe cumplir la planta.
- La obtención de los permisos necesarios para la construcción y puesta en funcionamiento de las instalaciones.
- El suministro de parte o todos los materiales y maquinaria necesaria. En ocasiones el cliente se reserva la compra directa de determinados elementos estratégicos, aunque es más habitual que el cliente final no desee asumir las responsabilidades inherentes a excluir al contratista de suministrar esos elementos.
- El transporte de los equipos hasta la planta.
- La realización de las obras civiles necesarias.
- La construcción de las instalaciones provisionales de obra, necesarias para realizar la construcción.
- La instalación y montaje de todos los equipos.
- La puesta en marcha de la instalación.
- La realización de las pruebas de aceptación que la planta debe superar para realizar lo que se denomina ‘entrega provisional de la planta”.
- Un periodo de garantía.
- La realización de todos los puntos pendientes que se ha detectado durante la construcción y que han alcanzado el momento de entrega provisional sin terminar de resolverse. Normalmente el cliente acepta la instalación provisionalmente a condición de que todos esos puntos detectados como no-conformes se solucionen.
- La realización de los planos definitivos, en el que se reflejen todos los cambios que pueda haber habido en la planta sobre los diseños originales.
- La realización de los manuales de operación y mantenimiento de la planta.
- La formación completa del personal que debe operar las instalaciones.
- En muchos casos, el contrato incluye la operación y/o mantenimiento de la planta durante el periodo de garantía, de forma que el contratista no pueda achacar un mal funcionamiento a problemas derivados de la operación y mantenimiento, lo que generaría una constante discusión con el contratista, y que en algunos casos le permitiría eludir sus responsabilidades.
- La solución a todos los defectos que vayan apareciendo durante el periodo de garantía, y que sean achacables a los equipos o su instalación.
- La firma de la entrega definitiva de la planta, una vez transcurrido el periodo de garantía, solucionados todos los puntos pendientes y todos los puntos de garantía.
- En algunos casos, cada vez menos, la operación y mantenimiento de las instalaciones durante un largo periodo de tiempo. Se pretende evitar con ello que el contratista tenga una mentalidad a corto plazo, ya que si el contrato de operación y mantenimiento tiene el alcance correcto, todas las responsabilidades derivadas de un mal funcionamiento durante un largo periodo de tiempo serán responsabilidad del contratista, sin importar si se trata de un problema de diseño, de construcción, de operación o de mantenimiento.